La escuela vive un contexto de interpelaciones profunda acerca de su rol a partir de las tecnologías de información y de la comunicación en un contexto inminente de cambio en el sistema educativo, provocando grandes debates en diversas dimensiones. e .
Durante siglos la escuela ha sido el espacio monopólico del conocimiento sostenido por la figura indiscutible del maestro transmisor del conocimiento y respaldado por la tecnología del libro, el pizarrón y la tiza.
La nuevas Tecnologías de la información y la comunicación trastocaron ese orden a partir de su irrupción, y hasta nuestros tiempo la escuela fue haciendo intentos de reacomodarse a las exigencias y demandas de la sociedad, aunque no con la misma velocidad de evolución; ya que mientras las TICs trasmutan y cambian vertiginosamente, la escuela se queda anclada en sus ensayos errores impidiendo la asimilación significativas y por ende una transformación del sistema educativo.
Claro ejemplo lo constituyen la televisión y sus contenidos, que sigue siendo un tema sin tratar dentro de la escuela, menos podemos esperar que la computadora, el teléfono celular y
Consecuentemente la escuela sigue en un proceso de redefinición de rol, al igual que los docentes, padres y estado en general; atravesado por una notable brecha generacional sin precedentes y que exige abrir espacios de reflexión y de incorporación de las Tics a la dinámicas educativas con el fin de acortar la brecha digital y de accesibilidad que dividen a nuestros alumnos, dejando a muchos de ellos excluidos del sistema.
Dentro de este complejo contexto, como docentes, cabe abrirnos algunos interrogantes y posibilidades de la inserción de
Fuera del curriculum y dentro de la institución también se toma a
No basta tener en cuenta lo antes dicho, sino más bien replanearnos el lugar de las TICs en la escuela a partir de resignificar su función apuntando a propiciar nuevas capacidades en los alumnos, sin descuidar los nuevos vínculos que se generan a partir de las TIC en el aula. Un ejemplo en los denominados Mindtools, que interpelan a los estudiantes en pos de convertirlas en “socias intelectuales”, en decir “cuando los estudiantes trabajan con esta tecnologías computacional, en vez de ser controlados por esta, ellos mejoran las capacidades, y la computadora mejora la reflexión y el aprendizaje de los estudiantes[3]. Para ello la intervención del docente deberá centrarse en enseñar con tecnologías, situándolas en un lugar donde sea útil, significativo e intelectualmente comprometedor para los alumnos dentro de un contexto de aprendizaje que parta de sus necesidades y desde allí hacer uso de las herramientas computacionales, como mindtools “para extender el funcionamiento cognitivo durante el aprendizaje”.[4]
Para llegar a este puerto es imprescindibles reformular políticas educativas profundas en todos los niveles educativos y de gestión tal vez comenzando por lo más débil del sistema educativo argentino: la capacitación docente y la formación del profesorado.
[1] SALOMON, Gavriel y Otros: Coparticipación en el Conocimiento: la ampliación de la inteligencia humanan con las tecnologías inteligentes. En Métodos y Técnicas para el Educador en las Areas del Curriculum: CL&E; 1992
[2] LITWIN, Edith: De caminos, puentes y atajo: el lugar de las tecnologías en la enseñanza.
[3] JONASSEN, D. H. Learning from, learning about, and learning whit computing…...(1996)
[4] Idem que el anterior
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