lunes, 19 de octubre de 2009

Tic en la escuela...¿para qué?

La escuela vive un contexto de interpelaciones profunda acerca de su rol a partir de las tecnologías de información y de la comunicación en un contexto inminente de cambio en el sistema educativo, provocando grandes debates en diversas dimensiones. e .

Durante siglos la escuela ha sido el espacio monopólico del conocimiento sostenido por la figura indiscutible del maestro transmisor del conocimiento y respaldado por la tecnología del libro, el pizarrón y la tiza.

La nuevas Tecnologías de la información y la comunicación trastocaron ese orden a partir de su irrupción, y hasta nuestros tiempo la escuela fue haciendo intentos de reacomodarse a las exigencias y demandas de la sociedad, aunque no con la misma velocidad de evolución; ya que mientras las TICs trasmutan y cambian vertiginosamente, la escuela se queda anclada en sus ensayos errores impidiendo la asimilación significativas y por ende una transformación del sistema educativo.

Claro ejemplo lo constituyen la televisión y sus contenidos, que sigue siendo un tema sin tratar dentro de la escuela, menos podemos esperar que la computadora, el teléfono celular y la Internet sea considerados y abordados desde una perspectivas educativa y critica que amplíe los horizontes de nuestros alumnos y ayuden la manejar la diversidad de lenguajes para potenciar la comunicación.

Consecuentemente la escuela sigue en un proceso de redefinición de rol, al igual que los docentes, padres y estado en general; atravesado por una notable brecha generacional sin precedentes y que exige abrir espacios de reflexión y de incorporación de las Tics a la dinámicas educativas con el fin de acortar la brecha digital y de accesibilidad que dividen a nuestros alumnos, dejando a muchos de ellos excluidos del sistema.

Dentro de este complejo contexto, como docentes, cabe abrirnos algunos interrogantes y posibilidades de la inserción de la TIC a nuestra tarea reflexionando en las diferentes funciones ideológicas que se esconden, en cada una de prácticas en las TIC se hacen presente. Además de servirnos de los errores cometidos, en los dichos de Salomon[1] evitar tres factores que se vinculan con el fracaso en la incorporación de las TIC: “la paradoja tecnológica”, es decir la asimilación de nuevas tecnologías como meros recursos evitando que las mismas transforme las prácticas educativas preexistentes; “el enfoque tecno céntrico” basado en las creencia que la mera incorporación de la TIC implica cambios cualitativos en las prácticas pedagógicas; y la “investigación equivocada”, referida a la clase de resultados estudiado que se esperan de la aplicación de los nuevos medios, basado en un enfoque errado que “consiste en observar y medir, rutinariamente resultados, desconociendo los diferentes medios, utilizados para llegar a los fines.

Fuera del curriculum y dentro de la institución también se toma a la TIC más bien como controlador y disciplinador que como una buena herramienta para la enseñanza, a lo que Litwin[2] agrega que su inclusión o no muchas veces se limita alternativamente, a constituirse en “el premio, el castigo o simplemente el entretenimiento de escaso valor”

No basta tener en cuenta lo antes dicho, sino más bien replanearnos el lugar de las TICs en la escuela a partir de resignificar su función apuntando a propiciar nuevas capacidades en los alumnos, sin descuidar los nuevos vínculos que se generan a partir de las TIC en el aula. Un ejemplo en los denominados Mindtools, que interpelan a los estudiantes en pos de convertirlas en “socias intelectuales”, en decir “cuando los estudiantes trabajan con esta tecnologías computacional, en vez de ser controlados por esta, ellos mejoran las capacidades, y la computadora mejora la reflexión y el aprendizaje de los estudiantes[3]. Para ello la intervención del docente deberá centrarse en enseñar con tecnologías, situándolas en un lugar donde sea útil, significativo e intelectualmente comprometedor para los alumnos dentro de un contexto de aprendizaje que parta de sus necesidades y desde allí hacer uso de las herramientas computacionales, como mindtools “para extender el funcionamiento cognitivo durante el aprendizaje”.[4]

Para llegar a este puerto es imprescindibles reformular políticas educativas profundas en todos los niveles educativos y de gestión tal vez comenzando por lo más débil del sistema educativo argentino: la capacitación docente y la formación del profesorado.



[1] SALOMON, Gavriel y Otros: Coparticipación en el Conocimiento: la ampliación de la inteligencia humanan con las tecnologías inteligentes. En Métodos y Técnicas para el Educador en las Areas del Curriculum: CL&E; 1992

[2] LITWIN, Edith: De caminos, puentes y atajo: el lugar de las tecnologías en la enseñanza.

[3] JONASSEN, D. H. Learning from, learning about, and learning whit computing…...(1996)

[4] Idem que el anterior

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