viernes, 3 de julio de 2009

Una cuestión de actitud: la web 2.0

La notoriedad del concepto web 2.0, meme extendido y apropiado por miles de usuarios del planeta, ha producido una serie de posturas controvertidas con respecto a sus aportes para la generación de conocimiento y circulación de la información que supere a lo ya conocido. Si bien los adeptos-defensores son los más, mejor dicho los que más saben aprovechar el espacio para hacer sus defensas de la eficiencia de la web 2.0, circulan también discursos, que si bien no llegan a ser tecnofóbicos, se encuentran en ellos aspectos críticos que despiertan a la reflexión y que exigen una redefinición de la sociedad que estamos construyendo y en que medida la web 2.0 hace aportes valiosos a crear lazos más endebles o por el contrario ayuda a reforzarlos a partir de generación de mayor participación y compromiso social.
En los dichos de Fabio Tarasow Nicolás Pedregal en su texto “Convergencia Tecnológicas”, se hace mención a como las sociedades en su constante evolución fueron estableciendo relaciones con la tecnología haciendo hincapié en “Que las sociedades sean condicionadas por las tecnologías significa que las tecnologías abren ciertas posibilidades sin las cuales no se podrían desarrollar opciones culturales o sociales, pero en tanto se desarrollan algunas, otras no lo hacen.” ; lo cual significa que su gran dependencia contextual, de acuerdo a sus intereses y necesidades sociales; y por lo tanto resulta un producto social que refleja las características de su época con todos sus vicios, carencias, contradicciones y sueños.
Un estudio realizado por British Telecom llamado Aquí no pasa nada concluye que Internet, como instrumento de comunicación no modifica los comportamientos en cuanto a la calidad de las relaciones, sino que el comportamiento humano es el que cambia Internet.(Manuel Castells). Claro ejemplo la web 2.0, que ha hecho que una misma tecnología de la web 1.0, los usuarios impusieron una nueva actitud y tomando como estandarte el darwinismo digital, (y sin olvidar dentro de los parámetros de modelo de negocios que prima en la era de la información: la obsolescencia planificada) se haya impuesto la web 2.0, con sus espacios abiertos para potenciar las identidades múltiples en la redes de afinidades entre individuos ávidos de comunicación, con el peligro de potenciar en nuestros adolescentes una cultura geeks.
Aun que esta imposición no permanecerá por mucho tiempo más, ya que se está gestando una nueva manera de concepción de la web en la que pronto asistiremos: la web 3.0. Por ello es más que necesario abordar este fenómeno de la web 2.0 antes que nos sobrepase, como ya nos sucede con muchas nuevas tecnologías, sin ni siquiera procesarlas ni muchos menos realizar un análisis serio que nos ayude a elaborar un balance de las potencialidades y limitaciones de la misma.
En principio la web 2.0 además de ser una valiosa plataforma donde los usuarios no cesan de subir contenidos con el fin de fortalecerse a través de la construcción de un conocimiento social que a la vez se lo comparte en espacios aglutinadores de intereses comunes, debilitando la función de los mass media quienes nos acercaban la información mediatiza por el prisma que mejor les convenía. La preponderancia de los datos que se suman al software (infoware); los software libres, la retroalimentación constante entre usuarios y creadores de los software, la incorporación de las otras tecnologías que convergen en la web 2.0, la sindicación, etc. Son algunas de las características que ha llevado a la predominio de web 2.0 (Pardo Kuklinski)
Visto a los luz de lo descripto resulta una panacea, pero que como se mencionó al principio lo que sucede en la web 2.0 no es más que un reflejo de la sociedad en la vivimos. Detrás de una aparente democratización de la accesibilidad y de la participación se esconden ciertos aspectos que no son tratados con demasiado criteriosidad con el fin de producir cambios.
Nadie pone en duda que web 2.0 esta saturado de contenido que genera en cada usuario en un caos difícil de ordenar, seleccionar, jerarquizar y sobre todo crear criterios de confiabilidad de la información; de tono apocalípticas podríamos agregar las reflexiones de Eriksen (2001) quien afirma que a “mayor información con menos rigor, es igual a mayor confusión” además señala que la función de la educación en países desarrollados debería centrarse en impulsar las capacidades para “filtrar contenidos”.
Para Pardo Kuklinski es precisamente esta característica uno de los puntos débiles de la web 2.0 como producto de la “reivindicación del amateurismo colectivo, aumentado el ruido en la red y promoviendo una conversación colectiva sin cuidar las exigencias de una representación precisa de la realidad, o un expertise de valor añadido al tema del que se está hablando”. Pero el mayor problema tal vez no sea la saturación de información y la dificultades para seleccionar sino más bien un problema de naturaleza social, de actitud, reflejada como en casi todas las manifestaciones culturales, que obviamente también se deja ver en la web 2.0, y que en los dicho de Dominique Wolton (2000) sería la falta de “voluntad real de comprensión entre las personas, la carencia de una cultura común del respeto y la manipulación por sobreabundancia informativa.”


Bibliografía:

• Tarasow, Fabio; Pedregal, Nicolás. "Convergencia tecnológica"
• Manuel Castells: Internet y la sociedad red. Leccion inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la informacion y el conocimiento UOC.
• Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food Disponible en:
http://www.planetaweb2.net/
• Wikipedia: entre la buena fe y el caos en Kriptópolis

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